Cómo escribir con naturalidad

 

How to produce a text that reads as if it were actually written in the language in which it is written! Read, pay attention to syntax, punctuation, and express yourself naturally. Read on for the details! It might be easier said than done… teamwork helps!

Cuando vivía en la Argentina, estudié inglés, y uno de los mejores libros de texto fue el Lower Certificate English Course for foreign Students, de Ona Low.

En el tercer capítulo, cuando habla de cómo redactar, da algunos conceptos prácticos que voy a explicar a mi manera, actualizándolos a nuestro contexto de hoy.

Ona Low nos recuerda que a la hora de redactar en un idioma que no es el que usamos para escribir a diario debemos tomar ciertas precauciones:

Antes de la redacción:

  1. Entender la pregunta. Ona Low se refería a la pregunta que nos hacían en un examen. En nuestro caso no escribimos para exámenes, pero es una excelente idea tener claro el objetivo de nuestra redacción. Suele suceder que, por ejemplo, si una carta de negocios se refiere a tres temas, la respuesta habla del menos importante de todos y nos tenemos que conformar.
  2. Seguir las instrucciones. Ona Low se refería a instrucciones escritas, pero en nuestro caso tenemos que ajustarnos a la atención de nuestro lector. Una entrada de un blog no debe ser tan larga como una tesis doctoral, y un mensaje de texto debe ser breve. Debemos ajustarnos a la realidad de nuestro contexto.
  3. Prepararnos, organizarnos. Aunque parezca mentira, el tiempo que “perdemos” en hacer un bosquejo o pensar en lo que vamos a hacer y buscar recursos nos ahorra tiempo al final.

Durante la redacción:

  1. Expresarnos con sencillez. Muchas veces tratamos de decir cosas complicadas. Sabemos que nos están saliendo mal. Entonces, demos un paso atrás, y pensemos en otra forma de decirlas. Cambiemos el orden de los contenidos de la oración a ver qué pasa. No nos quedemos encajonados en querer decir una cosa específica que nos vino a la mente en el otro idioma que sabemos. Al mover las piezas del rompecabezas de esa oración a veces se nos ocurre una forma más eficaz de comunicar ese mensaje.
  2. Expresarnos con naturalidad. Cada idioma tiene su propia forma de expresión. El español no calza en el molde del alemán, del japonés, ni del inglés. Si nos cuesta expresar algún concepto con naturalidad, leamos sobre ese tema en español. ¿Qué han escrito otros sobre este tema? No nos limitemos a la traducción literal de lo que nos viene a la mente, o nos meteremos en Calcolandia, donde se calca el idioma mayoritario del país donde vivimos y sólo lo entienden los traductores de ese idioma. ¡Es muy difícil salir de Calcolandia! La única vía de escape es la buena lectura. Por eso siempre tengo un buen libro a mano en cada idioma.
  3. Escribir un tema por párrafo. Si confundimos al lector, no podrá seguir el hilo de nuestro razonamiento. No es necesario que los párrafos sean largos.

Después de la redacción:

Volvamos a leer el texto pensando en lo siguiente:

  1. ¿Los verbos concuerdan con los sujetos? En otras palabras, ¿si el sujeto es plural, el verbo también? ¿O si es singular, el verbo está en concordancia?
  2. ¿Los modificadores concuerdan con los sustantivos? A veces dudamos del género de una palabra que no usamos frecuentemente. En nuestra página de recursos hay enlaces a diccionarios que puede usar para aclarar estas dudas.
  3. ¿Usamos la terminología correcta? Ante la duda, ¿consultamos con el Clave o el Diccionario de México, por ejemplo, para corroborar su ortografía, su significado, o incluso su género? Aprovechemos los recursos disponibles.
  4. ¿Usamos la ortografía correcta? El Diccionario de México tiene una breve ortografía digna de mención.
  5. ¿La sintaxis es correcta? Por ejemplo, ¿las oraciones están en el orden correcto para el español? Los recursos de referencia rápida quizás incluyan algo que lo ayude con esto. Recuerde que las normas están basadas en el uso, y la mejor forma de conocerlo es la lectura. El buen uso del español es una guía práctica de la Real Academia y ASALE para resolver dudas en cuestión de dos páginas bien claras. Encontrará una reseña en nuestra página de recursos.
  6. Las oraciones, ¿están completas? ¿Se olvidó que las preguntas empiezan con signos de interrogación, por casualidad? ¿Hay verbos transitivos sin objeto directo, por ejemplo? A veces, por el contacto con el inglés o por el apuro, se nos pasan por alto las cosas más obvias. Lo mejor es que nos revise el trabajo otra persona por si algo se nos pasó por alto, ya que todos somos ciegos a nuestros propios errores. Las Mosqueteras nos corregimos todos los textos unas a otras.
  7. La puntuación varía de un idioma a otro. Esta guía, escrita en inglés para ayudar a los maquetadores de habla inglesa, compara la puntuación del inglés y el español.

Aunque estas instrucciones parecen sencillas, el profesional se luce cuando presta atención a los detalles. Hay que tener en cuenta el contenido, pero también tener muy presente al lector para poder comunicarnos con él sin dejar nada al azar. Cuando las cosas están bien hechas, nadie se da cuenta de los detalles. Ese debe ser nuestro objetivo. Cuando lo logramos, el mensaje está en su lugar: es lo único que importa. Para lograr esta meta, siempre trabajo en equipo con otro corrector o traductor.

 

Bibliografía:

Low, Ona. (1970). Lower Certificate English Course for foreign students. London: Edward Arnold Ltd.